Cuando se trabaja en el campo de la gerontología, realizando intervenciones terapéuticas con adultos mayores, considero esencial una revisión del concepto de salud.
Según la OMS la definición de salud es «un estado de perfecto (completo) bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedad« (OMS, 1948). Esta concepción de salud plantea al sujeto como un ser bio – psico – social, o sea posee un enfoque holístico de los individuos en contraposición al modelo médico, el cual era reduccionista. Actualmente se está comenzando a incluir la dimensión cultural y espiritual en el ámbito de la salud.
Al abordar a la tercera edad, no obstante que la definición de salud pueda resultar limitante, por lo que es necesario replantearla y adoptar una que contemple todos los aspectos de este grupo etario, según la OMS se considera que “la morbilidad debe ser medida no solamente en términos de la falta de procesos patológicos sino también en términos del impedimento de las funciones en las personas afectadas por tales condiciones patológicas» (OMS, 1974). El diagnóstico funcional debe ser introducido en geriatría y en gerontología, para realizar la distinción entre el impedimento y la discapacidad producida por una condición patológica.
La salud funcional incluye cómo el sujeto se siente frente a su impedimento y, por consiguiente, cómo ese impedimento interfiere con su rutina vital. No se detiene sólo en la enumeración de las patologías presentes en el anciano sino que se debe determinar si ese sujeto posee un funcionamiento adecuado.
De esta forma se puede plantear que un individuo, por más que sufra limitaciones propias del proceso de envejecimiento normal goza de un buen estado de salud.
La terapia ocupacional puede intervenir en la población mencionada desde los tres niveles de prevención de la salud. En el enfoque de la prevención primaria se despliegan técnicas y estrategias para evitar la interrupción del desempeño ocupacional (tareas vitales), desde la prevención secundaria se utilizan medidas para restaurar las habilidades de la persona que habilitan la ejecución de las actividades que comprenden el desempeño ocupacional (graduación de la actividad para recuperar). Por último desde el enfoque de prevención terciaria a través de la modificación del entorno y de la actividad (adaptación de la actividad para compensar).
Considero, como terapeuta ocupacional, que el estado de salud de un adulto mayor se puede reflejar en el inter juego que se produce entre la persona, los ambientes donde se comporta y las ocupaciones que ejecuta. A mayor adaptación o congruencia de los tres elemento mayor es la salud funcional.
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