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La enfermedad de alzheimer y la depresión en el envejecimiento

La enfermedad de alzheimer y la depresión en el envejecimiento son dos patologías muy frecuentes que tienden a confundirse.

En diagnóstico diferencial es esencial para lograr un buen abordaje terapéutico y garantizar una intervención integral que mejore la calidad de vida del enfermo, su entorno familiar y social.

Diferencias entre la enfermedad de alzheimer y la depresión:


Enfermedad de alzheimer Depresión
ComienzoInsidioso (meses/años)Gradual (semana/meses)
CursoEstable. Progresivo.Peor en la mañana
AlertaNormalNormal
OrientaciónFalta temprana en orientación temporalUsualmente normal
Memoria (al inicio)Fallas en la memoria reciente, pero remota conservadaPuede tener fallas en la memoria reciente, pero luego recuerda
PensamientoLento, perseverativo, con el interés reducidoUsualmente lento, preocupado por su tristeza y desesperanza
Percepción30% tiene alucinaciones visuales20% tiene alucinaciones auditivas
EmociónApáticos, lábiles, irritables, descuidadosChatos, sin respuestas, tristes y temerosos
SueñoComún el vagabundeo nocturno. Confusión nocturnaInsomnio hacia las 5 a 6 de la madrugada

alzheimer-depresión Plena Identidad

A partir de un diagnóstico diferencial que realiza un médico especialista se debe confeccionar un plan de tratamiento desde la terapia ocupacional que intervenga sobre la persona (sobre sus habilidades y destrezas de desempeño y su historia ocupacional), sus diferentes entornos (familiar, social, cultural, físico, entre otros) y las actividades que conforman su desempeño ocupacional.

Las técnicas y estrategias intervención de la terapia ocupacional varían en cada una de estas patologías.

En el caso de la demencia el abordaje se basa en nivelar las capacidades del paciente a los requerimientos de la actividad y a las demandas del ambiente, esto se realiza para sostener el nivel de independencia funcional de la persona enferma.

En el caso de la depresión se interviene generando hábitos útiles de vida saludable, logrando que la persona se conecte y comprometa con las actividades significativas y que las mismas sean coherentes con el momento del periodo vital en que se halla.

Jimena Garriga

Lic. en Terapia Ocupacional de la Universidad de Buenos Aires, Especialista en Psicogerontología de la Universidad Maimónides, Magister en Gerontología clínica del Instituto Universitario de Ciencias de la Salud Fundación Barceló. Coordinadora de Instituciones Psicogeriátricas y de grupos de estimulación Cognitiva aplicada a la Autonomía Personal.

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