Recordemos que la Enfermedad de Alzheimer es la demencia más prevalente y presenta un inicio incidioso y un progresivo deterioro del funcionamiento cognitivo, el cual como sabemos, es irreversible.
Los síntomas iniciales suelen ser la alteración la orientación, de la memoria, aislamiento social, apatía y trastornos del sueño. La memoria a corto plazo es la que primero se afecta pero a medida que progresa la enfermedad la memoria a largo plazo queda comprometida.
Otros síntomas que se presentan son: alteración de la comunicación (afasia, anomia, paranoia, etc.), dificultades de motricidad (apraxia), alteración en el conocimiento previamente aprendido (agnosia) y también pueden identificarse síntomas psicóticos (pensamiento delirante, fenómeno crepuscular, reacciones catastróficas, etc.).
Posibles intervenciones desde la Terapia Ocupacional:
- Evaluación de las funciones y estructuras corporales (destrezas mentales, motrices y de comunicación e interacción).
- Análisis de la actividad: graduación y adaptación de la actividad.
- Organización de rutinas congruentes con las habilidades de la persona.
- Creación de un ambiente facilitador que apoye la funcionalidad y facilite la interacción social.
- Asesoramiento y apoyo al entorno familiar.
- Identificación de factores ambientales que faciliten la máxima funcionalidad.