Deterioro cognitivo en el envejecimiento: las causas más comunes

La vejez no es una enfermedad

Deterioro cognitivo en el envejecimiento: las causas más comunes

La intervención psicológica es fundamental en la acción sobre la salud mental en las comunidades o grupos sociales en riesgo de exclusión. Estas deben estar dirigidas por profesionales con una capacitación específica como es la Maestría Psicología de la Salud Comunitaria e Intervención Social.

Personas de edad avanzada o con problemas mentales derivados al consumo de sustancias adictivas o enfermedades congénitas pueden mostrar confusión, desorientación, incluso reacciones violentas, y no poseen el respaldo familiar por distintos motivos.

En este artículo trataremos el tema del deterioro cognitivo en el envejecimiento.

El deterioro cognitivo

El desgaste cognitivo, al igual que muchos problemas de los adultos mayores, suele ser multifactorial. Este deterioro hace referencia a algunos tipos de problemas relacionados con la memoria, la capacidad cognitiva relacionada con la percepción espacio-sensorial o vinculado al lenguaje.

No debe confundirse con el envejecimiento cerebral normal que conlleva la disminución de capacidades de procesos de atención y aprendizaje junto a la retención de nueva información, así como, la disminución de manera progresiva de las capacidades cognitivas.

Cuando existe un deterioro cognitivo, este puede ser leve a grave, llegando a la demencia, que incapacita a la persona a la realización de las tareas diarias.

Deterioro cognitivo en el envejecimiento: las causas más comunes
Deterioro cognitivo en el envejecimiento: las causas más comunes

Los tres estadios de gravedad cognitiva son:

  1. Deterioro cognitivo subjetivo (DCS)

Es una disminución percibida o subjetiva de las capacidades cognitivas o funcionales que no impide a un individuo realizar ninguna de sus actividades habituales o más complejas. Las personas son conscientes de que ha habido un declive en alguna capacidad, pero que todavía pueden compensar para llevarlas a cabo.

  1. Deterioro cognitivo leve (DCL)

Un deterioro de las capacidades cognitivas, como el lenguaje, el razonamiento de la memoria, el juicio o la percepción, que no se debe al envejecimiento normal. Las personas que se encuentran en el estadio de deterioro cognitivo leve pueden conducir, ir de compras, cocinar, pagar las facturas, gestionar las finanzas y otras habilidades bien aprendidas que no exigen un aprendizaje significativo de nueva información. El estadio de DCL no se da en individuos que envejecen normalmente y se debe a uno o varios trastornos cognitivos.

  1. Demencia

Las personas que se encuentran en la fase de demencia han perdido la capacidad de realizar actividades instrumentales de la vida diaria, que incluyen habilidades bien aprendidas. La etapa de la demencia progresa hasta afectar a más habilidades, denominadas actividades básicas de la vida diaria, entre las que se incluyen bañarse, vestirse, el control de vejiga y esfínter.

Finalmente, la demencia progresa hasta afectar la marcha, el habla, la deglución y el control del tronco, el cuello y la cara, por lo que las personas en esta etapa necesitan una asistencia de un profesional sanitario especializado.

Causas más comunes

Las causas más comunes de esta alteración en la población de riesgo son las siguientes:

Efectos secundarios de la medicación: muchos medicamentos interfieren en el funcionamiento adecuado del cerebro, por su composición suelen ser los responsables más comunes.

Desequilibrios metabólicos: Este término se refiere a las anomalías en la química de la sangre, algunos ejemplos son los niveles anormales de sodio, calcio o glucosa.

Las disfunciones renales o hepáticas: También pueden causar ciertos tipos de desequilibrios metabólicos, que a veces afectan a la función cerebral.

Deficiencias de vitaminas y otros nutrientes clave: siendo más frecuente en adultos mayores de bajos recursos económicos. Se sabe que la función cerebral se ve especialmente afectada por niveles bajos de vitamina B12, otras vitaminas del grupo B y el folato.

Enfermedad psiquiátrica: La mayoría de las enfermedades psiquiátricas pueden causar problemas de memoria, pensamiento o concentración. También pueden causar paranoia y otras formas de psicosis tardía, siendo un factor de exclusión socia

Abuso o abstinencia de sustancias: Tanto la intoxicación aguda como el consumo excesivo y crónico de ciertas sustancias (como el alcohol, las drogas ilegales o incluso los medicamentos recetados) pueden deteriorar la función cerebral.

Daño en las neuronas del cerebro debido a una lesión: como los accidentes cerebrovasculares o algún tipo de enfermedad de los vasos pequeños cerebrales. Las enfermedades neurodegenerativas tienden a dañar y matar lentamente las neuronas. Esto puede provocar un deterioro leve y, a continuación, una demencia.

Actividades preventivas

Ciertas actividades de intervención social y salud comunitaria pueden ayudar a los adultos mayores a adaptarse a medida que envejecen. Por ejemplo, realizar actividades como pruebas de memoria complejas puede ayudar a mejorar capacidades mentales como el vocabulario. Otras recomendaciones son:

Mantenerse socialmente activo: Las investigaciones indican que las actividades sociales pueden ayudar a prevenir el desequilibrio mental, ya que suponen un reto para la comunicación y estimulan la mente. La asistencia a centros de atención de día públicos se incentiva, las actividades grupales son de gran ayuda.

Seguir aprendiendo: Asistir a programas culturales y educativos es fundamental para las personas de edad avanzada que viven solos. En estos espacios pueden leer libros y revistas, jugar a juegos de mesa, ir a museos y tocar instrumentos musicales, ayudando a reducir el riesgo de esta alteración mental.

Hacer ejercicio: El ejercicio ayuda a mejorar el estado de ánimo, a reducir el estrés y a disminuir otros factores de riesgo que pueden provocar el deterioro cognitivo.

Llevar una dieta saludable: Llevar una dieta nutritiva puede ayudar a prevenir esta afectación al proporcionar a su cuerpo nutrientes que pueden reducir el riesgo de hipertensión arterial, diabetes de tipo 2 y colesterol alto.

Conclusión 

En la actualidad, no es posible conocer el ritmo de desgaste de una persona concreta con deterioro cognitivo leve. Los investigadores siguen estudiando los cambios mentales y clínicos que se producen en los pacientes con desgaste cognitivo con la esperanza de predecir mejor quiénes podrían tener un mayor riesgo de desarrollarlo, la velocidad a la que lo hacen y los tipos específicos de demencia.

En el envejecimiento normal, una persona puede olvidar ocasionalmente nombres, palabras y extraviar cosas. En el caso del deterioro cognitivo leve, la persona olvida con frecuencia conversaciones e información que normalmente recordaría, como citas y otros acontecimientos planificados. Si presenta algunos de estos síntomas, lo mejor es consultar con un médico experto en este tema.

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Jimena Garriga

Lic. en Terapia Ocupacional de la Universidad de Buenos Aires, Especialista en Psicogerontología de la Universidad Maimónides, Magister en Gerontología clínica del Instituto Universitario de Ciencias de la Salud Fundación Barceló. Coordinadora de Instituciones Psicogeriátricas y de grupos de estimulación Cognitiva aplicada a la Autonomía Personal.

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