Depresión en la tercera edad

La depresión en la tercera edad tiene una presentación diferente  que en otros grupos etarios. La depresión es una enfermedad psiquiátrica que se asocia con alteraciones neurovegetativas, cognitivas y conductuales que afectan la funcionalidad de la persona que la padece.

Las condiciones de vida que frecuentemente se viven en el envejecimiento, como el aislamiento, los duelos, la escasees de recursos económicos, la soledad, la merma en los sentidos y los problemas de salud, la disminución de la capacidad de adaptación, etc. predisponen a los adultos mayores a estados depresivos. Se ven más afectados los adultos mayores que no poseen un entorno social y familiar continente.

Características de la depresión en ancianos:

• Síntomas neurovegetativos: Alteraciones del sueño, fatiga excesiva, aumento o pérdida de peso.

• Alteraciones cognitivas: dificultades en la memoria(registro y evocación), atención, concentración, juicio y capacidad de análisis y funciones ejecutivas.

• Síntomas conductuales: Sentimiento de tristeza, anhedonia (perdida del placer e interés), irritabilidad, sentimientos de culpa, letargo, apatía, ansiedad.

La depresión se presenta de forma abrupta, con un inicio claro. Su evolución es fluctuante, suele haber antecedentes de depresión y es una condición reversible.

Desde la terapia ocupacional se interviene reconstituyendo hábitos útiles de vida saludable, logrando que la persona se conecte y comprometa con actividades que son significativas y coherentes con el ciclo vital en el que se encuentra.

La exploración de los intereses y el análisis de las condiciones actuales para ejecutarlos, así como la identificación de las actividades que conformaban el desempeño ocupacional del adulto mayor con el que estamos trabajando, son vitales en la intervención clínica desde la terapia ocupacional.